Toda la evidencia disponible respalda las conclusiones centrales de la teoría evolutiva, que la vida sobre la Tierra ha evolucionado y que las especies comparten ancestros comunes. Los biólogos no debaten sobre estas conclusiones. Pero están tratando de entender cómo ocurrió la evolución, y esto no es una tarea fácil. Involucra la recolección de datos, la propuesta de hipótesis, la creación de modelos y la evaluación de los trabajos de otros científicos. Todas estas son actividades que pueden, y deberían revisar nuestra lista de control y preguntarnos: ¿están los investigadores haciendo ciencia?
Todas las ciencias se preguntan sobre la Naturaleza, proponen explicaciones en cuanto a los procesos naturales, y evalúan estas explicaciones usando evidencia del mundo natural. La biología evolutiva no es la excepción. La concepción básica de Darwin del cambio evolutivo y la diversificación (ilustrado con una página de su libreta de notas que se encuentra a la izquierda) explica muchas observaciones con respecto a los procesos naturales y es respaldada por evidencia de la misma Naturaleza.
Algunas de estas cuestiones que los biólogos evolucionistas están tratando de responder incluyen:
¿La evolución procede de manera lenta y constante o en saltos rápidos?
¿Por qué algunos clados son muy variados y otros muy escasos?
¿Cómo la evolución produce características nuevas y complejas?
¿Hay tendencias en la evolución? Y si las hay, ¿qué procesos las generan?
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