Generalmente una especie es definida como un grupo de individuos que real o potencialmente se aparean en la naturaleza.
En este sentido, una especie es la mayor reserva génica posible en condiciones naturales.
Por ejemplo, estas arañas conocidas como “arañas de la cara feliz” lucen diferentes, pero como pueden aparearse; son consideradas de la misma especie: Theridion grallator.
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Foto cortesía de Rosemary Gillespie, UC Berkeley |
Esa definición de una especie podría parecer restringida, pero no lo es, en la naturaleza, hay muchos casos donde es difícil aplicar esta definición. Por ejemplo, las bacterias se reproducen principalmente en forma asexual.
La bacteria que se muestra a la derecha está reproduciéndose asexualmente, por fisión binaria. La definición de una especie como un grupo de individuos que se cruzan entre ellos, no puede ser fácilmente aplicada a organismos que se reproducen en forma asexual.
También, muchas plantas, y algunas animales, forman híbridos en la naturaleza. Los cuervos capuchinos y los cuervos carroñeros lucen diferentes, y se aparean profusamente dentro de sus propios grupos, pero en algunas áreas, ellos producen híbridos. ¿Deberían considerarse de la misma especie o de especies separadas?
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Microfotografía de Streptococo es cortesía del Dr. Vincent A. Fischetti.
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Si dos linajes de roble lucen bastante diferentes, pero ocasionalmente forman híbridos entre si, ¿deberíamos considerarlos de diferentes especies? Hay muchos otros casos donde el límite de una especie es borroso. No es sorprendente que estas situaciones indefinidas existan, después de todo, la idea de una especie es algo que nosotros, los seres humanos, inventamos para nuestra conveniencia!