Control hormonal del ciclo ovárico y uterino

ELIJA UNA OPCIÓN:

Hormonas pituitarias y ováricas en el control del ciclo:

Los ovarios están bajo control de hormonas provenientes de la glándula pituitaria y del propio ovario. Pocos días antes del comienzo de un ciclo, la porción anterior de la glándula pituitaria secreta dos hormonas cuya concentración se incrementa gradualmente: hormona folículo estimulante (FSH) y hormona luteinizante (LH). Ambas hormonas actúan estimulando el crecimiento de folículos ováricos. Los folículos en crecimiento liberan concentraciones crecientes de estrógenos. En esta etapa del ciclo, los estrógenos inhiben a la glándula pituitaria, la que deja de liberar cantidades adicionales de FSH y LH. En la siguiente semana, descienden los niveles de FSH y LH.
Alrededor de los próximos 12 días, el incremento de los niveles de estrógenos provoca un efecto opuesto sobre la glándula pituitaria: los estrógenos estimulan la liberación de FSH y de mayor concentración de LH. La LH alcanza un pico de concentración alrededor del día 14 del ciclo. Este evento dispara la ovulación, es decir la ruptura del folículo maduro y la liberación de la célula huevo. La LH también estimula la formación del cuerpo lúteo a partir de las células del folículo roto. El cuerpo lúteo permanece en el ovario, durante las dos últimas semanas del ciclo, secretando estrógenos y progesterona. En este punto del ciclo, las hormonas ováricas inhiben la liberación de FSH y LH. La declinación de las hormonas FSH y LH durante la segunda mitad del ciclo, restringe el desarrollo de otros folículos.
El cuerpo lúteo es mantenido por la LH o por la hormona producida por el embrión implantado ( en caso de haber embarazo). El cuerpo lúteo degenera si al finalizar el ciclo no hubo implantación de un embrión. Cuando el cuerpo lúteo degenera, deja de liberar estrógenos y progesterona.

Hormonas ováricas en el control del ciclo uterino:
Los ciclos ovárico y uterino están estrechamente coordinados. Las hormonas secretadas por los ovarios en las diferentes etapas del ciclo, disparan cambios en el revestimiento uterino. Por ejemplo, hacia el comienzo del ciclo, los niveles de estrógenos y progesterona son muy bajos como para mantener el tejido de revestimiento: el tejido se desprende, comienza la menstruación.
Aproximadamente una semana después de iniciado un ciclo, el folículo en desarrollo incrementa la secreción de estrógenos. Esta hormona estimula la proliferación del revestimiento uterino, el que comienza a engrosarse. Justo antes de la ovulación, los niveles de estrógenos alcanzan un pico de concentración. Una vez ocurrida la ovulación, las células foliculares se convierten en cuerpo lúteo, secretor de estrógenos y progesterona. Estas hormonas mantienen el revestimiento uterino, engrosándolo y preparándolo para la implantación. Hacia el final del ciclo, si el óvulo no fue fertilizado y no hubo implantación, se desintegra el cuerpo lúteo y descienden los niveles de estrógenos y progesterona. Sin estas hormonas, el revestimiento uterino también se desintegra, iniciándose la menstruación.