La comunicación hormonal, generalmente comienza cuando una estructura del sistema neuroendócrino recibe información, respondiendo con la producción de hormonas.
En el ejemplo de la deshidratación, osmoreceptores hipotalámicos detectan la falta de agua y desencadenan la liberación de la hormona antidiurética (ADH) a través de la parte posterior de la glándula pituitaria o neurohipófisis.
Las moléculas hormonales son transportadas hacia las células blanco a través del torrente sanguíneo.
En la animación, la ADH es transportada por sangre hacia los riñones y vasos sanguíneos. Cuando las moléculas son reconocidas por receptores de las células blanco, se forma el complejo hormona-receptor responsable de disparar cambios a nivel celular.
A nivel renal, se reduce el volumen de orina eliminada por incremento de la retención de agua. Se contrarrestra así la deshidratación.
En los vasos sanguíneos se estimula la vasoconstricción, con lo que se produce un aumento de la presión sanguínea. Se contrarresta así, la disminución de la presión ocasionada por la deshidratación.