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La bomba de sodio-potasio es un ejemplo de mecanismo de transporte activo, impulsado por la ruptura (hidrólisis) de ATP. La bomba es una proteína transmembrana que trabaja sufriendo una serie de cambios conformacionales.
Tres iones sodio del citoplasma se acoplan a la proteína, causando un cambio en su conformación. En su nueva disposición, la proteína se fosforila a expensas de una molécula de ATP. La fosforilación induce un segundo cambio conformacional, lo que genera la translocación de los tres sodios a través de la membrana. La proteína pierde afinidad por los tres iones sodio, los que se disocian y liberan hacia el fluido extracelular.
En su nueva conformación la bomba tiene mayor afinidad por los iones potasio, dos de los cuales se unen por el lado extracelular de la proteína. El grupo fosfato se disocia y la proteína recupera su estado original, exponiendo a los dos iones potasio hacia el exterior de la célula. En esta conformación, la proteína presenta baja afinidad por los iones potasio, los que se disocian e ingresan al interior de la célula.
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